Las laderas forman un sotobosque con encinares de las variedades Quercus rotundifolia y Quercus ilex,[2] así como aliagares y arbustos florales como Arbutus unedo, Jasminum fruticans, Lonicera etrusca, Lonicera implexa, Pistacia terebinthus, Phillyrea angustifolia y Ostrya carpinifolia.
[1] El bosque alberga asimismo una interesante población de líquenes.
[3] La zona está relacionada con los espacios habitados vecinos, habiendo sido usado para pastoreo y como fuente de leña durante siglos y siendo accesible en rutas peatonales desde el Monasterio de Veruela, al que perteneció el valle desde 1141.
Se trata así de un espacio relevante para los murciélagos de bosque y cavernarios, en retroceso en una la zonas antropizadas del valle del Ebro.
Finalmente, su declaración como espacio protegido también recogía su valor como ecosistema representativo para tres especies protegidas de insectos, incluyendo el capricornio de las encinas, Cerambyx cerdo, el Lucanus cervus, mayor escarabajo europeo, y la mariposa Euphydryas aurinia.