Madona de Pilsen

La figura de la Virgen transmite elegancia y viveza a la vez que realismo y corporalidad sensorial, esto último manifestado en la presión que los dedos de María ejercen sobre el cuerpo de Jesús, quien constituye una extraordinaria representación ligada a la escultura europea contemporánea.

[7]​ La Madona de Pilsen representa en definitiva una de las obras del estilo bello mejor conservadas, aunque entre 1929 y 1930 sufrió una desafortunada intervención en la que la corona original fue cortada y reemplazada por una nueva.

[6]​ La escultura ha sido reproducida con diversas variantes tanto en el centro como al sur y al oeste de Bohemia en los siglos xiv y xv (en este último la Madona tuvo una notable influencia en la escultura mariana del gótico tardío).

Las réplicas de la talla solían ser pinturas o esculturas, aunque era más habitual su reproducción en grabados y miniaturas.

[8]​ Estos relatos fueron igualmente incluidos por Miloslav Bělohlávek[9]​ y Vladimír Havlic[10]​ en sus respectivas colecciones de leyendas.

La Madona de Pilsen en el altar mayor de la catedral.