Era hija de Manuel Carreras y Filomena Hitos, familia profundamente cristiana.
Esta vivencia quedó grabada en Mercedes y, desde sus ocho años, no la abandonó jamás.
Sin embargo en esos años, en el ambiente del convento, se va forjando su vocación religiosa.
Sus vivencias en la vida religiosa le van haciendo concebir algunas transformaciones en los monasterios: un noviciado común para los monasterios de Capuchinas y una abadesa general, como ya tenían los capuchinos, pero su afán fundamental era implantar la adoración permanente a la eucaristía y la participación en la sagrada comunión.
Empezó a difundir entre las monjas la idea de solicitar la adoración perpetua, pero no tuvo éxito.
La comunidad fue creciendo y el arzobispo le propuso a la madre Trinidad una nueva fundación en Berja (Almería).
Al mismo tiempo, la congregación cuenta con ocho obras sociales propias con cientos de beneficiarios.
[2] Desde entonces, tras ser aprobada la documentación en la Santa Sede por la Congregación para las Causas de los Santos, se encuentra en elaboración la positio sobre las virtudes y se realizan distintas iniciativas para difundir su vida y fama de santidad.