Consta que en el año 1101 pasó a trabajar en la catedral de Pamplona.
Todas estas escenas están realizadas con cierta ingenuidad muy personal del autor, con los rostros anchos e inexpresivos y los pliegues de la ropa redondeados típicos de todas sus obras.
También en el interior del templo se encuentran una serie de capiteles historiados, entre los que sobresale uno que presenta una escena de tormentos infernales, es el castigo que reciben un avaro con un saco cargado a la espalda seguido por un diablo y un lujurioso con una soga en el cuello está siendo ahorcado por un diablo, mientras las llamas le queman los pies, otro diablo le arrima una serpiente y un tercero le clava una estaca en la cabeza.
[4] Pero la gran obra del maestro Esteban en esta catedral fue la puerta de las Platerías, esta portada consta de dos arcos con triples arquivoltas sobre columnas con capiteles y fustes con decoración escultórica.
Las proporciones de las imágenes son más esbeltas que las realizadas anteriormente en San Isidoro, la figura de Santiago al lado del Cristo central, está labrada casi en bulto redondo, su rostro manos y pies es realista y su modelado es suave y blando con los mismos pliegues característicos del maestro.