[1] A finales del siglo XV, se amueblaron las naves de estas tres iglesias con bóvedas de crucería góticas, lo que proporcionó una superficie ideal para frescos basados en historias populares de los manuscritos medievales ricamente ilustrados del Antiguo y Nuevo Testamento, conocidos como Biblia pauperum (o Biblia del pueblo).
El artista se reconoce por su emblema distintivo, presente en uno o varios de los frescos de las tres iglesias.
Sus colores cálidos, que van desde el rojo oscuro y el rojizo hasta los tonos pastel del amarillo, el verde, el gris y el negro, son característicos, al igual que los rostros de sus figuras, todas ellas con los ojos soñolientos, ya sea en escenas del cielo o del infierno.
Enredaderas, flores y ramas de árboles completan las imágenes.
En el siglo XVI, tras la Reforma, los frescos se cubrieron con capas de cal que los ocultaron hasta hace poco.