José Carlos Mariátegui elogió su obra poética, y la calificó como «la primera poetisa del Perú».
Fue la segunda hija del matrimonio de Pedro Pablo Portal Ortega y Rosa Amelia Moreno del Risco, que llegaron a tener cuatro hijos en total; tres mujeres y un hombre.
Tenía tres años de edad cuando su familia se trasladó al Callao, instalándose en un casa cercana a Bellavista, donde su padre trabajaba en el negocio inmobiliario.
Tenía cinco años cuando su padre murió, víctima de una repentina enfermedad pulmonar, dejando en desamparo a su familia.
Este suceso marcó la vida de Magda y, como ella cuenta en su autobiografía, fue su primer contacto con la injusticia.
El poeta José Gálvez Barrenechea, miembro del jurado, se encargó de leer su poema.
De vuelta al Perú, se relacionó con el grupo que lideraba José Carlos Mariátegui, colaborando con la revista Amauta.
No obstante, junto con sus compañeros apristas, concertó un encuentro con Mariátegui, para dilucidar el asunto, y emprendió el regreso a Sudamérica.
Pasó en barco por la costa peruana, pero no pudo desembarcar, pues existía la orden de detenerla.
El siguiente destino era Buenos Aires, donde había pactado su encuentro con Mariátegui, pero este no pudo viajar a dicha ciudad al recaer en su enfermedad, acabando por fallecer en Lima (abril de 1930).
[8] Logró esquivar la persecución del gobierno sanchecerrista, lo que no ocurrió con Serafín Delmar, que fue capturado y sentenciado a 20 años en prisión, acusado de participar en un atentado contra la vida del presidente Luis Sánchez Cerro.
Según la familia, no hubo indicios sobre los motivos del suicidio, pero existe la versión de que fue por una decepción amorosa.
[13] Su alejamiento del APRA ocurrió de manera paulatina, al no estar de acuerdo con la orientación política que iba tomando el partido, que empezaba a abandonar sus postulados antiimperialistas y marxistas, y se acercaba cada vez a la derecha.
Ello tuvo su momento cumbre durante un enfrentamiento público con Haya de la Torre durante el Segundo Congreso del partido en 1948, cuando el líder aprista consideró que las mujeres, al no poder votar, no podían ser militantes del partido (con los derechos que eso implicaba), sino solo simpatizantes.
Algunos militantes (en su mayoría mujeres) le siguieron el paso y se retiraron de la organización.
Magda acusó a los dirigentes apristas de traidores y cobardes por no apoyar la insurrección del pueblo.
[13] La Benson Latin American Collection, una biblioteca estadounidense, compró el archivo literario de Portal en 1986.
El primero de ellos fue destruido por la misma autora en 1928; el último fue refundido en el poemario Una esperanza i el mar (con y latina, como un homenaje a Manuel González Prada).
[6] En el año 2000, el investigador Daniel R. Reedy dio a conocer Magda Portal, la pasionaria peruana: biografía intelectual.