Con una idea genial llega un productor de televisión al canal.
La idea en cuestión es reunir doce jóvenes, todos con trastornos emocionales en un edificio al que llamarán Manicomio.
Al día siguiente, uno de los jóvenes que peleó había muerto por asfixia.
Después de unas disputas legales, el canal decide seguir con el reality.
Las instalaciones habían sido cerradas con cadenas y candados desde adentro.
El índice de audiencia del programa se volvió histórico.
Y así continuó el programa al aire con la incógnita del público por saber quién será el asesino.