En nombre de los obispos presentes envió una carta sinodal a Constantino IV.
La fecha de su muerte es incierta, Su culto y su fama es posterior al siglo XIII[1] Con ocasión del VI Concilio ecuménico (681-682), el III de Constantinopla, que habría de discutir y condenar el monotelismo, fueron invitados también obispos occidentales, Mansueto, arzobispo de Milán, que había puesto fin al exilio de Génova de la Iglesia milanesa, reunió un concilio con su clero y sus sufragáneos para responder a la invitación del emperador Constantino IV.
[2] Pablo, en el texto, usa el título con el que Damián, de origen y formación griegos, será conocido posteriormente.
A ella se añade una amplia profesión de fe trinitaria y cristológica.
Los dos textos junto con la synodica del papa Agatón fueron aceptados por el concilio, constituyendo la base de las decisiones conciliares.