Como preocupación prioritaria se encuentran las mantas que tienen más de diez años y/o han sido dañadas al arrugarlas, doblarlas, raerlas, rasgarlas o por desgaste ordinario.
En el Reino Unido, se estima que 5.000 incendios al año son causados por culpa de las mantas eléctricas,[1] de las cuales el 99% se cree que han sido causados por mantas de diez años o más.
[2] No se ha identificado ningún mecanismo por el cual SLF (superbaja frecuencia) -EMF (campo electromagnético) o la radiación de radiofrecuencia puedan causar cáncer.
A diferencia de la radiación de alta energía (ionizante), los campos electromagnéticos en la parte no ionizante del espectro electromagnético no pueden dañar el ADN o las células directamente.
[3] En la película de 1951 The Thing from Another World, una manta eléctrica arrojada al azar derritió el bloque de hielo que cubría al monstruo alienígena y lo soltó.