Su estudio jurídico tuvo mucho prestigio en las postrimerías de la época colonial.
Hijo del segundo matrimonio de Pedro Alejandro Noriega Inguanzo con Manuela Domínguez y Murga.
[3] Pronto ganó prestigio como abogado y se hizo de numerosa clientela.
[4] Esto motivó a que fuera muy solicitado por los estudiantes como maestro de práctica forense.
[3] Según Manuel de Mendiburu tenía amplia cultura literaria y destacaba por su elocuencia tanto en el foro como en el claustro universitario.