Considerado uno de los compositores catalanes más importantes del siglo XX, su obra para piano es muy destacada pero además cuenta con un repertorio sinfónico significativo y reconocido internacionalmente.
Esta industria llegó a exportar rollos para pianolas por todo el mundo y se convirtió una auténtica escuela para Manuel Blancafort donde trabajó trasladando las notas de los pentagramas a las cintas continuas de la pianola.
Más tarde siguió estudios con el maestro Joan Lamote de Grignon.
Con el compositor Federico Mompou compartió amistad y una sólida relación musical.
Escribió obra sinfónica, conciertos para pianos y destacados cuartetos.