El 25 comenzó una serie de artículos históricos en El Telégrafo que primero firmó como “Manfredo” y luego como Roland de la Pletiere” y que pronto le hicieron conocido en el ámbito cultural guayaquileño.
En 1930 figuró entre los Miembros fundadores del Centro de Investigaciones Históricas de Guayaquil con el ilustre bibliógrafo guayaquileño Dr. Carlos A. Rolando, quien era su gran amigo al igual que Bolívar Monroy Garaycoa y Carlos Matamoros Jara y fue electo Vicepresidente de la entidad.
En noviembre empezó a tener problemas serios y hubo necesidad de colocarle una sonda.
El velatorio se realizó en casa de su hijo José Antonio en la calle Luque.
[2] En el Boletín del Centro de Investigaciones publicó varios escritos: