En el estudio del maestro se fraguó no solo su vocación artística, sino también sus desvelos por la ciudad y su patrimonio.
Y tuvo además la oportunidad de escuchar y admirar a grandes personajes de la época relacionados con el mundo del arte, como Fernando de los Ríos, Manuel Gómez Moreno, Emilio Orozco Díaz, Natalio Rivas o José María López Mezquita.
Con esta experiencia toma la decisión de dedicarse a la restauración, para con ello lograr una sólida formación entrando en contacto directo con las antiguas pinturas.
Concurrió a varias exposiciones colectivas y se presentó individualmente en la Casa de América de Granada en 1957.
Ha hecho restauraciones en el Museo Provincial de Bellas Artes de Granada y en varias colecciones españolas.