Este hecho motivó que Santa Anna premiará a Escobar otorgándole el gobierno civil y militar de Tabasco.
Su período de gobierno coincidió con la segunda y última época centralista en México.
[4] Durante su mandato, se realizaron en la capital del estado diversas obras de limpieza y embellecimiento de calles, se construyeron bordos para evitar inundaciones, inició la construcción del mercado público para concentrar a los comerciantes que vendían productos al aire libre,[5] y embelleció la Plaza de Armas en 1854 colocándole andadores pavimentados y plantando en los jardines naranjos, murallas y crotos, también se le rodeó de cadenas diseñadas por el italiano Ángel Ghigliazza.
Desde Cunduacán, Benito Haro, logró entrevistarse con los principales liberales tabasqueños, entre los que figuraban José Víctor Jiménez, Victorio Victorino Dueñas, Francisco Olave y León Alejo Torre, para destituír al gobernador y aprobar los lineamientos del Plan de Ayutla.
Escobar, aislado militarmente, no tuvo más remedio que entregar el mando político y militar a Benito Haro, saliendo con rumbo a El Carmen el 29 de agosto de 1855.