Manuel Robles Gutiérrez

Fue apodado «el cojo Robles» por haberse lesionado permanentemente una pierna durante el cruce de los Andes con el Ejército Libertador en 1817.

En 1824, partió a Buenos Aires con José Zapiola Cortés en un viaje que este último relató con ribetes pintorescos.

El cadalso o la antigua cadena os presenta el soberbio español: arrancad el puñal al tirano, quebrantad ese cuello feroz.

En sus ojos hermosos la Patria nuevas luces empieza a sentir, i observando sus altos derechos se ha incendiado en ardor varonil.

Los tiranos en rabia encendidos i tocando de cerca su fin, desplegaron la furia impotente, que aunque en vano se halaga en destruir.

Esos monstruos que cargan consigo el carácter infame i servil, ¿cómo pueden jamás compararse con los Héroes del cinco de Abril?

Vedle ya señoreando el Océano i flameando sobre el fiero León: se estremece a su vista el Ibero nuestros pechos inflama el valor.

Ciudadanos, la gloria presida de la Patria el destino feliz, i podrán las edades futuras a sus padres así bendecir.