Marchó a Madrid donde realizó estudios de bachillerato y derecho.
Entró en contacto con afamados periodistas y políticos, colaboró en El Eco del Comercio, El Espectador y La Prensa, muchas veces bajo pseudónimo, participando en la Revolución de 1848, tras la que tuvo que marchar para evitar ser encarcelado.
A su regreso en 1854 participa en la fundación del periódico La Iberia, de tendencia liberal progresista.
[2] En 1898 fue nombrado presidente del Partido Republicano Progresista, cargo que abandonó en el año 1899.
En sus últimos años, dejó su actividad masónica debido a su avanzada edad y estado de salud.