Formado en Madrid, lugar al que se trasladó con su familia, debe exiliarse en 1969 en París al estar perseguido por sus ideas políticas durante el franquismo.
Más tarde se traslada a Ginebra, Brighton y Londres.
Se ganó la vida trabajando para un marchante de arte, lo que marcó su profundo conocimiento de la pintura que más tarde se ha reflejado en su obra.
Carlos Barral lo descubre y publica su primera obra, Albertina en el país de los garamantes (1978).
Se mantuvo en el extranjero hasta 1993, en que regresó a Madrid.