Con apenas 13 años María Ana queda sola y marginada por lo que su madrina de bautismo, Dª María Mogas, viuda y sin hijos, se la lleva al Barcelona.
Serán necesarios unos meses hasta que su director espiritual le diga: Y se centró en Dios.
Se dirige a Ripoll, donde las jóvenes capuchinas han abierto una escuela.
En 1865, María Ana llega a Ciempozuelos cerca de Madrid, para abrir una nueva comunidad.
Esto conducirá a un creciente alejamiento, agravado por la muerte del P. Tous en 1871.
Sus últimas palabras recogen abreviadamente toda una vida de fidelidad, de entrega y constituyen un auténtico tesoro espiritual para el Instituto: Se la encontró en el Colegio Sagrado Corazón al lado del pozo del colegio, muerta.
En 1936 en el contexto de la Guerra Civil Española, su cuerpo desapareció, encontrado en 1967 es devuelto a la capilla del colegio donde reposa actualmente.
Profundamente afectados por semejante pérdida, cuantos la conocieron decían "ha muerto una santa".
Una comisión histórica diocesana había iniciado una investigación que duró de 1978 a 1988.