María Ana de Austria (1718-1744)

Su nacimiento no fue en absoluto bien acogido por su padre, y pasarían meses hasta que él se dispusiera a tratarla con gentileza.

Estuvo muy unida a su hermana María Teresa, y las dos compartían desde juegos infantiles hasta las horas de estudio.

Sobre la base de los términos del tratado, el Imperio austríaco renunció a todas las demandas al trono español.

Hubo mucha resistencia contra el matrimonio, ya que su padre quería un esposo de rango más acorde con la hija del emperador.

La pareja solo llevaba dos meses de casados en los Países Bajos, cuando Carlos tuvo que irse para participar en la guerra contra Prusia.

Archiduquesa María Ana, por el pintor danés Andreas Möller (1727).