María Bernarda Bütler

Tuvo que vencer la oposición de su obispo y obtener un indulto pontificio para poder dejar el monasterio.

[2]​ Una vez en Sur América el obispo ecuatoriano las encomendó al pueblo de Chone, entonces con 13000 habitantes,[2]​ en donde apenas había sacerdotes ni práctica religiosa y había una moral disoluta.

[3]​ Las monjas europeas aprendieron la lengua local y su cultura, comenzando sus obras de misericordia.

[2]​ Con ello, la congregación creció en integrantes, creando dos filiales en Santa Ana y Canoa.

El 2 de agosto de ese mismo año arribaron a Cartagena, donde se entrevistaron personalmente con el obispo, quién les otorgó como alojamiento el hospital femenino denominado "Obra Pía".

[1]​ El primer milagro, atribuido a María Bernarda, que dio pie a su beatificación, sucedió en 1969 cuando por su intercesión la niña Liliana Sánchez de quince días de nacida, se le reconstruyeron los huesos de la bóveda craneal, con los cuales no había nacido.

[2]​ En 2002 se genera el segundo hecho considerado un milagro, necesario para proceder a la canonización de la religiosa helvética, cuando la joven Mirna Jazime Correa, de Cartagena, recobró la entera salud, al estar desahuciada tras complicaciones al sufrir una neumonía atípica.

Papa Benedicto XVI