María Luisa Anido

[2]​ Era la cuarta hija del editor Juan Carlos Anido y de su esposa Betilda González Rigaud.

<> explicaba en vida como influyó su padre en ella, guiándola en sus primeros pasos artísticos en el mundo de la guitarra enseñándole sus primeros acordes y acompañándola en sus primeras giras nacionales e internacionales y gracias a su padre se le debe que en numerosas ocasiones durante la infancia de la guitarrista conociese a guitarristas de la talla de Emilio Pujol, Sainz de la Maza, Miquel Llobet, Josefina Robledo, etc. Domingo Prat, prestigioso guitarrista y pedagogo catalán se convirtió en 1914 en su maestro y tutor artístico, gracias al cual participó en diversas audiciones musicales (1916-1918), suscitando elogios y admiración crítica.

Algunos excelentes intérpretes de guitarra del siglo XX, se volvieron a la composición, como una salida adicional para expresar su arte.

Ellos incluyen a Miguel Llobet, Andrés Segovia, Agustín Barrios, Emilio Pujol, Abel Carlevaro, Nikita Koshkin, Stefan Rak, Carlo Domeniconi, Andrew York, y Dušan Bogdanović.

Son miniaturas que reflejan, con su característica honestidad, varios aspectos de su personalidad.

Miguel Llobet, el guitarrista catalán, le escribió poco después: Llobet también afirmó: En Canción del Yucatán, Anido alterna el ritmo característico de habanera con triples y rubatos que marcan el carácter dulce y femenina de la pieza.

Siguiendo su ejemplo, Mimita recrea - a través de glisandos y exquisito legato - el ambiente íntimo de la canción mexicana Adiós … Adiós… Preludio campero ilustra la actitud del gaucho como al improvisar acordes en su guitarra hasta que aparezca una pequeña melodía ... sin prisas, con la tranquilidad y la libertad que la inmensidad de la pampa imparte.

[3]​ En 1952, viajó por toda Europa por primera vez; y la editorial Bèrben le publicó su Aire de Vidalita, en Italia.

El musicólogo Carlos Vega dijo: sus “vidalitas” son pequeñas canciones de varios personajes y tempos.

En Preludio Pampeano, una melodía que se lleva en tercios, dando paso a un Tempo de Vidalita.

Esta serie concluye con El Misachico (también llamado por Anido Procesión Coya), dedicado a su madre.

En 1976, se estableció en Barcelona, donde residió hasta el 1987, año en que fue contratada por el gobierno cubano para ejercer la docencia en La Habana.