Su madre Juana Whitney[2] fue una enseñante inglesa, hija de un diplomático británico nacida en París en 1857 y muerta en Estella en 1945.
La pareja tuvo cinco hijos: Ramiro, Ángela, Miguel, María y Gustavo.
Habiendo obtenido el bachiller en el Instituto de Vitoria en 1907, dos años después se matriculó como alumna no oficial en la Universidad de Salamanca, completando los estudios en Madrid, donde se licenció en Filosofía y Letras en 1915.
Este viaje fue sugerido por Ortega y Gasset para conocer el pensamiento del segundo movimiento neokantiano alemán.
En un artículo titulado «Lo único que pedimos» y publicado en la revista La Mujer Moderna, explicaba su postura frente a la liberación de la mujer: La Residencia de Señoritas supuso un éxito inmediato que compartía sus objetivos con el Instituto Internacional, dirigido por Susan Huntington en Estados Unidos.
Se les ofrecía, además de residencia, clases y cursos dados en sus dependencias.
Así, había clases complementarias de Pedagogía y Filosofía, dadas por Maeztu.
Ese mismo año, en octubre, Victoria Ocampo, directora de la revista Sur argentina, pronunció una conferencia sobre Harlem y, en 1935, dio otra con el título "Supremacía del alma y de la sangre".
[10][17] En 1926 fue cofundadora y primera presidenta del Lyceum Club Femenino a semejanza de los ya existentes en Europa;[9] si bien desde un principio ella abogaba por un club mixto, tuvo que aceptar el reglamento internacional que regía en Europa.
El Lyceum tenía como objetivo fomentar el espíritu colectivo de las mujeres y ser también un lugar abierto a las mujeres casadas que no querían tener como único horizonte las cuatro paredes del hogar.
García Lorca leyó allí su libro Poeta en Nueva York y dio en sus salones la conferencia Imaginación, inspiración y evasión en poesía; también Unamuno leyó su drama Raquel encadenada.
La presidencia honorífica la ostentaban la reina Victoria Eugenia y la duquesa de Alba.
[9] Al estallar la Guerra Civil en 1936, el fusilamiento de su hermano Ramiro, intelectual noventayochista que tras una juventud en el liberalismo radical había evolucionado hacia la ideología de la derecha nacionalista, supuso un duro golpe para María.
En Buenos Aires se dedicó a dar conferencias, impartir cursos, escribir artículos y libros.
[25] Toda su vida estuvo dedicada no solo a la educación de sus alumnas, sino a ofrecerles una formación intelectual que fomentase la responsabilidad civil y la participación igualitaria e integral en la construcción de España.
Su carrera pedagógica está fuertemente marcada por el período de formación en distintos países: Bélgica, Suiza, Italia e Inglaterra.
Las clases que tomaban las alumnas se complementaban con conferencias impartidas por Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez, entre otros.
[9] Durante los años 1907,1908 y 1909 solicitó de la Junta pensión para ampliar sus estudios pedagógicos.
Maeztu también compartió el principio de la pedagogía del esfuerzo, que supone regulación y norma, es decir, lo racional frente a lo espontáneo.
En él, Maeztu establece la conexión entre moral y religión, a través de la cadena lineal moral-deber-regla-obligación-disciplina-autoridad-admiración-religión.
Para ella "la obediencia que la disciplina exige no significa negación de la voluntad propia; consiste simplemente en someterse a la voluntad del guía porque es el mejor que conoce el camino".
Así, Jimena Menéndez-Pidal, Ángeles Gasset y Carmen García del Diestro fundaron el Colegio Estudio en Madrid que continuó su labor educativa hasta la actualidad.
María Manuela Vicuña, su esposa, frecuentaba el entorno de Maeztu asistiendo a las conferencias que esta impartía y al Lyceum.
Expresa en un minuto -con una facundia prodigiosa - lo que Gabriela -con su calma reflexiva -tarda un cuarto de hora en formular.
[29]La residente Milagros Martínez Prieto también la describió físicamente:Una mujer no muy alta, con una belleza muy personal, un aire muy inglés, ojos azules y rubia grisácea, y unos movimientos bastante masculinos para aquella época en que las mujeres estábamos "afeminadísimas".