Poeta en Nueva York

García Lorca dejó España en 1929 para impartir unas conferencias en Cuba y Nueva York.

García Lorca partió en 1929 para impartir una serie de conferencias en Cuba y Nueva York.

[5]​ Todos estos factores propiciaron un estado anímico propenso a la depresión en el poeta andaluz, hecho que no pasó desapercibido para su familia: su padre, Federico García Rodríguez, le comentó en febrero de 1929 que le sentaría bien un cambio de aires.

Comenzó así a ver el aspecto negativo de la metrópoli americana, su deshumanización, su excesiva mecanización, su frialdad, su materialismo, todo lo contrario a la actitud vital y natural que siempre había sentido el poeta.

Partió entonces hacia una estancia en el estado de Vermont, invitado por su amigo Philip Cummings, joven poeta estadounidense que había pasado una temporada en Granada, donde conoció a Federico.

[16]​ Pasada la Navidad, abandonó John Jay Hall y se instaló en la residencia International House.

[17]​ En vísperas de su marcha a Cuba, el 10 de febrero, Lorca recibió un homenaje en el Spanish Institute, donde dio su conferencia Imaginación, inspiración, evasión, hablando de la poesía en términos cercanos al surrealismo, como ‘fenómeno poético puro’: «ya no hay términos, ya no hay límites, ya no hay leyes explicables.

Las conferencias fueron un gran éxito, y Lorca ganó por primera vez en su vida una importante suma de dinero.

Allí escribió su único poema durante su estancia en la isla, Son de negros en Cuba, incorporado a Poeta en Nueva York.

Norton, traducido por Rolfe Humphries), aunque con importantes diferencias debidas, al parecer, a ligeras modificaciones introducidas por Bergamín, quien sin embargo fue muy respetuoso con las indicaciones de su amigo.

Entre 1930 y 1936 barajó diversas posibilidades de publicación, circunstancia que se vio truncada con su prematura muerte.

También cabe remarcar que durante esos años ofreció numerosas conferencias sobre el poemario neoyorquino.

Poeta en Nueva York supuso un cambio crucial en la evolución poética del autor granadino, iniciada con Canciones en la tradición lírica clásica con un marcado sello popular y una métrica basada en el cancionero y el romance.

Sus siguientes obras, Poema del cante jondo y Romancero gitano, estuvieron marcadas por una acusada estilización y la pervivencia de los elementos populares, aunque la versificación tradicional fue perdiendo terreno frente a la fantasía creadora del poeta.

[30]​ Perteneciente a la Generación del 27, al igual que otros autores adscritos a este movimiento (Rafael Alberti, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, etc.) Lorca recibió diversas influencias, desde la poesía popular y los escritores del Siglo de Oro español (Lope de Vega, Góngora, Quevedo), pasando por Bécquer y Rubén Darío, hasta Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, así como el surrealismo, corriente de moda en el momento.

Los adjetivos en cambio no suelen ser descriptivos, y generalmente se presentan en asociaciones ilógicas, en imágenes fantásticas de raíz surrealista.

El poeta reivindica como no había hecho anteriormente su sexualidad, su libertad de amar, como se evidencia en unos versos de Poema doble del lago Eden: «pero no quiero mundo ni sueño, voz divina, quiero mi libertad, mi amor humano en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera».

[37]​ Esta nueva expresividad del poeta se traduce en un lenguaje renovado, abandonando sus tradicionales referencias populares y su recurrente imaginería andaluza para buscar nuevas formas de expresión que encontrará en el surrealismo, que sin embargo interpreta de forma original y heterodoxa.

El propio autor declaró en 1931: «ahora veo la poesía y los temas con un juego nuevo.

Así, en Poeta en Nueva York recurre frecuentemente a la metáfora, que es fantástica, ilógica, inconexa, con asociaciones insólitas de elementos, animados o inanimados.

Sin embargo, siempre conserva un carácter referencial y elaborado, no responde en absoluto a la escritura automática defendida por los surrealistas franceses.

En cualquier caso, los 35 poemas de Poeta en Nueva York aparecen organizados en diez secciones:

Vista aérea de Nueva York (1931)
Low Memorial Library, Universidad de Columbia
Manuscrito de Poema doble del lago Eden
Firma de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York
Dibujo de Federico García Lorca para la Oda a Walt Whitman
Dibujo de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York
Dibujo de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York
Dibujo de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York
Dibujo de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York
Dibujo de Federico García Lorca para Poeta en Nueva York