María Pilar Aquino

Sus padres participaron en el Programa Bracero, por lo cual emigraron a San Luis (Arizona, Estados Unidos), zona en la que tuvo contacto con el movimiento campesino de César Chávez.

[4]​ Obtuvo la Licenciatura en Teología en el extinto Instituto Teológico de Estudios Superiores (Ciudad de México), cuyos estudios estaban validados por la Pontificia Universidad Católica del Río Grande del Sur (Porto Alegre, Brasil).

Es actualmente profesora de Teología y Estudios Religiosos y directora asociada del Centro para el Estudio del Catolicismo Latino en la Universidad de San Diego (California, Estados Unidos).

Durante el Congreso, se discutió sobre hermenéutica bíblica, cristología, la eclesiología, espiritualidad, entre otros temas.

En sus primeras incursiones en la teología, Aquino estaba fuertemente influenciada por la obra y pensamiento de Elisabeth Schüssler Fiorenza.

La espiritualidad del mercado global genera en el imaginario social un estado de resignación y una paralización política.

Como oposición a esta espiritualidad neoliberal, Aquino propone la deconstrucción de los mecanismos que sustentan el determinismo patriarcal por medio del fortalecimiento de las cosmovisiones feministas transformadoras y del apoyo a las luchas contra la globalización, fortaleciendo las luchas feministas plurales.

Entre las características de la teología articulada interculturalmente sobresalen: Aquino no niega la dialéctica del cristianismo en América Latina y, por lo tanto, afirma que el cristianismo latinoamericano ha legitimado el uso de la violencia estructural del sistema y que existen sectores importantes que mantienen teologías monoculturales, dogmáticas y prácticas institucionales absolutistas.