María Shaw

En muy poco tiempo adquirió bastante soltura con el florete gracias a las enseñanzas del maestro italiano Azzara y, con solo tres meses de práctica, se proclamó campeona de Castilla.

Poco después, debutó internacionalmente en un torneo en Marsella y concurrió al Campeonato del Mundo júnior (sub-20) que en 1959 se celebró en París (Francia).

[2]​ Vivida intensamente la aventura olímpica, quiso continuar en la esgrima a la par que progresaba en sus estudios.

Paralelamente, se licenció en Ciencias Físicas al término del curso 1961-1962, llevó a cabo un curso de programador en IBM, estudió inglés y obtuvo la reválida con un trabajo de investigación realizado en la Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.

Superados los 55 años, Shaw volvió a competir en la categoría veterana.