[1] María Tupper ingresó a la Escuela de Bellas Artes cuando solo tenía 16 años.
Su espíritu inquieto le permitió indagar en soluciones plásticas que confluyeron en la creación de un estilo propio.
[1] Su obra pictórica se enfocó principalmente en el género del retrato, aunque también incursionó en el paisaje y en la naturaleza muerta.
No obstante, fue a través del género del retrato donde realizó un significativo corpus de obra y donde explayó su desarrollo plástico y expresivo más elocuente, consiguiendo “traducir en gestos precisos, todas las emociones contenidas por los individuos de sus cuadros”.
[3] Este espacio de representación femenina transitó en paralelo con otros campos como los autorretratos y desnudos femeninos, los cuales fueron compartidos por artistas de la misma generación como: Inés Puyó, Henriette Petit y María Aranís.