María de Solier

Su padre, el francés Arnao de Solier, había venido a Hispania durante la Guerra Civil castellana, siendo capitán de las Compañías blancas, en apoyo de Enrique II de Trastámara, enfrentado a su hermano, Pedro I.

La contienda civil castellana se había convertido en un apéndice de la Guerra de los Cien Años, que libraban Francia e Inglaterra.

El capitán Solier había ido en el séquito del bastardo Enrique de Trastámara en su primer intento de invasión y conquista de Castilla y tuvo un papel destacado en la Batalla de Montiel (1385), en que fue muerto Pedro I.

En virtud a su lealtad y méritos de guerra, el nuevo monarca Enrique II le otorgó en 1369 la villa de Villalpando junto con las aldeas de Siruela y Marchenilla.

Le sucedió en sus señoríos su hermano Carlos de Solís, aunque tras su muerte en 1390, María heredó el señorío de Villalpando, casándose con el camarero mayor de Enrique III y titular de un vasto y próspero señorío en Burgos, de quien enviudó en el 1418 De su matrimonio con Juan de Velasco nacieron siete hijos aunque solamente tres, Pedro, Fernando y Alonso sobrevivieron a su madre, aunque su marido tuvo una hija ilegítima: [3]​