Las nueve selecciones de la región formaron tres grupos para disputar los 2,5 cupos restantes.
Para dicho objetivo, el entrenador Orlando Aravena había asumido la dirección técnica de la "Roja" en 1988 a tiempo completo.
Como apronte a las clasificatorias, se jugó la Copa América 1989 en Brasil, en donde Chile quedó eliminado en primera ronda.
[4] Además, Aravena no permitió el ingreso a las prácticas chilenas de los enviados especiales brasileños.
Tras un primer tiempo empatado sin goles gracias a una brillante actuación del portero chileno Roberto Rojas, el brasileño Careca abrió el marcador a los 4 minutos del segundo tiempo, resultado que causaba la eliminación del cuadro chileno, urgido de un triunfo para acceder al Mundial de Italia.
En el minuto 67 del partido, desde las tribunas del estadio surge una bengala, la cual estalla entre dos a tres metros cerca de Rojas, quien se desploma y queda envuelto por el humo emanado por la bengala.
[10] En camarines, Miguel Nasur y Alfredo Asfura señalaron la inconveniencia de retirar al equipo del partido, pero los jugadores mantuvieron su decisión, apoyados por Sergio Stoppel,[7] quien le comunicó la decisión del retiro a los comisarios Agustín Domínguez y Eduardo Roca.
[7] Mientras tanto, Ricardo Alfieri, reportero gráfico argentino, señaló que la bengala no le había pegado al arquero chileno, lo que le llevó insultos por parte del periodista chileno Nicanor Molinare.
[7] El baloncestista estadounidense Willie Whittemberg, que pasaba por allí, fue confundido con un brasileño y agredido por la turba, mientras el Embajador brasileño fue al día siguiente a La Moneda a solicitar al General Augusto Pinochet Ugarte, Presidente de la República en ese entonces, protección para la Embajada y sus emisarios luego de recibir constantes amenazas a raíz del partido.
[15] Al día siguiente la FIFA y la CONMEBOL comenzaron la investigación del incidente; las imágenes de televisión mostraron que efectivamente desde la tribuna de hinchas brasileños partía una bengala hacia la zona donde se hallaba el guardameta chileno Roberto Rojas, pero esas tomas no captaban la imagen del proyectil impactando en el suelo.
Por suerte alcancé a hacerle el quite, salté, caí y desde ese instante no recuerdo nada más.
[16] Pero una fotografía del periodista argentino Ricardo Alfieri, quien cubría el evento, muestra que dicha bengala no caía sobre Rojas, sino más bien a poco más de un metro de distancia.
[19] Al aumentar las pesquisas sobre la verdad de los hechos, parecía evidente para las autoridades de la CONMEBOL que la herida del guardameta chileno había sido fingida y no había sido causada por algún objeto lanzado desde las tribunas.
[20]Los medios de comunicación chilenos fueron cambiando progresivamente su duro enfoque inicial por una postura mucho más receptiva, hasta comenzar a asimilar el engaño.
[n 4] Además, fueron sancionados por la FIFA Sergio Stoppel, entonces Presidente de la FFCh;[12] Orlando Aravena, entrenador; Fernando Astengo, defensor y sub-capitán del equipo; Alejandro Koch, kinesiólogo; Nelson Maldonado,[22] utilero y Daniel Rodríguez, médico, entre otros.
Rojas se quiebra emocionalmente y comenzó a sollozar, confesando por primera vez haberse autoinferido la herida.
En el libro Historias Secretas del Fútbol Chileno 2, algunos seleccionados indicaron off the record que:
Mientras que Jaime Ramírez, quien formaba parte de la Selección chilena en esos tiempos, declaró:[28]
En 2013, Fernando Astengo indicó que habían más involucrados en el incidente, entre ellos algunos jugadores; sin embargo, no dio nombres.
Fue una idea de un psicópata que apareció en la vida de Don Orlando y le truncó la carrera, tanto a él como a mí, pero Don Orlando tuvo una carrera espectacular».
Todo comenzó tras un cabezazo del portero Ignacio Carlos González, por la espalda, al delantero boliviano Demetrio Angola luego de que el jugador argentino Gustavo Zapata fuera expulsado e intentara agredir a Angola.
Cruz nunca ha aclarado cómo pudo ocurrir ese hecho tan extraño alegando que ya «es pasado».
[34] Este incidente trajo a la memoria el Maracanazo, aunque los argentinos no reclamaron los puntos, por temor al antecedente chileno y por consiguiente no hubo sanción alguna a quienes protagonizaron este hecho.