Los cristianos de la antigüedad la utilizaban como saludo, algo que todavía se acostumbra entre algunas agrupaciones religiosas.
G3134 Maran-atha (μαράν -ἀθά, G3134), expresión utilizada en 1Co 16:22, es la transcripción griega de dos términos arameos, que anteriormente algunos suponían ser una expresión imprecatoria o «una maldición reforzada por una oración», idea que contradicen las indicaciones expresadas por su utilización en los documentos cristianos antiguos, como «La doctrina apostólica», o didaché, documento procedente del siglo I, y las «Constituciones Apostólicas» (vii.
Maranata, Hosanna al Hijo de David; bendito el que viene en nombre del Señor, etc.».
Algunos mantienen que esta frase en hebreo servía como una palabra codificada entre los creyentes para identificar a sus amigos de sus enemigos.
Colocando este dicho aquí, Pablo identifica su amor profundo y amistad incluso para los creyentes israelitas mundanos en Corintio a través de esta palabra codificada.