Marco Claudio Marcelo (cónsul 222 a. C.)

[1]​ Plutarco nos relata que fue entrenado en el servicio militar en su juventud, recibiendo una educación imperfecta en otros aspectos.

En la guerra, por el contrario, se distinguió tempranamente, sobre todo por sus logros personales, siempre buscando combates individuales con los guerreros más atrevidos entre los enemigos, y de manera constante saliendo victorioso.

La primera magistratura que registramos es el de edil curul, al parecer en 226 a. C. Fue durante el ejercicio de esta magistratura que se vio obligado a presentar una acusación contra C. Scantilius Capitolino, su colega edil, por haber insultado a su hijo Marco.

Capitolino fue declarado culpable y condenado a pagar una fuerte multa, cuyo producto fue empleado por Marcelo en la compra de vasos sagrados para los templos.

Ese año Marcello dedicó el templo de Honos et Virtus en Roma, votado en 233 a. C. por Q. Fabio Máximo Verrucoso Cunctator.

En consecuencia, se apresuró con las fuerzas bajo su mando hacia la ciudad, y ante la aproximación de Aníbal, hizo una repentina salida, con la cual rechazó a los cartagineses causándoles algunas pérdidas.

Mientras tanto, llegaron a Roma las noticias que Postumio, que había sido elegido uno de los cónsules para el año 215 a. C., había sido muerto en la Galia Cisalpina, ante lo cual el pueblo eligió por unanimidad a Marcelo en su lugar.

Pero el Senado, que no estaba dispuesto a admitir dos cónsules plebeyos, al mismo tiempo, declaró que los augurios no eran favorables, y Marcelo, en obediencia a los augures, renunció al consulado, y reasumió una vez más el mando del ejército en Campania como procónsul.

[8]​ En la elección de los cónsules para el año siguiente (214 a. C.) Marcelo fue elegido por tercera vez, con Fabio Máximo como su colega.

Tal par de cónsules (dice Tito Livio) no había sido visto por muchos años.

[14]​ La víctima más famosa de este acontecimiento fue el mismo Arquímedes, que resultó muerto por un soldado.

Poco después de su triunfo fue elegido para cónsul por cuarta vez, junto con M. Valerio Laevinus.

Pero apenas hubo asumido su magistratura (210 a. C.) cuando tuvo que enfrentar una tormenta de indignación, levantada contra él por sus actuaciones en Sicilia.

[23]​ Marcelo se hizo cargo del ejército que operó en Etruria en 211 a. C. y se dirigió con él a Apulia, donde poco después pudo asestar un golpe importante, con la conquista de Salapia, que fue entregada en sus manos mediante traición por Blasius, uno de los principales ciudadanos del lugar, y este éxito fue seguido por la captura de dos ciudades en el Samnio, que había sido ocupado por guarniciones cartaginesas (Meles y Meronea).

Mientras tanto, Aníbal había sorprendido y destruido el ejército de Cneo Fulvio Flaco en Herdonea; con lo cual Marcelo se apresuró en oponérsele.

Después de su regreso a Roma y mientras se preparaba para reanudar las operaciones (208 a. C.), fue detenido durante algún tiempo en la ciudad por presagios desfavorables y las ceremonias religiosas que se consideraban necesarias, a fin de evitar estos males.

Tras una breve lucha, los romanos, al ser muy inferiores en número, se dispersaron rápidamente; Marcelo fue atravesado con una lanza, que le mató en el acto, mientras su colega Crispino fue llevado fuera del campo, gravemente herido.

Aníbal mostró gran respeto por la suerte de su enemigo caído, e hizo todos los honores debidos ante sus restos sin vida.

[27]​ Sexto Aurelio Víctor cuenta que sus huesos fueron remitidos a Roma, pero en el camino fueron interceptados por saqueadores, perdiéndose definitivamente.

Denario de Marco Claudio Marcelo al Reverso