Dedicó los primeros años de su mandato a recorrer las parroquias de su extensa diócesis, que incluía numerosas poblaciones pobres y remotas.
Fundó varias parroquias nuevas, como la de Albardón.
[2] Tuvo una participación activa en contra del laicismo en la educación, pronunciando sermones y firmando artículos en un semanario creado especialmente para ese fin, llamado El Porvenir.
En lo educativo, proponía reforzar las posiciones católicas fundando una escuela católica femenina a la que concurrieran las niñas de las clases pudientes.
[3] Esta fue la misión que se asignó al Colegio del Tránsito de Nuestra Señora, aunque posteriormente perdería su carácter elitista.