Preocupado por problemas económicos, Galileo las colocó en el Convento de San Matteo poco después del decimotercer año de Virginia.
La Inquisición enjuició a Galileo por herejías cometidas contra la Iglesia, en 1633, y fue forzado a retractarse de sus teorías de que la Tierra no era el centro del Universo, siendo confinado a su hogar por el resto de sus días.
Se desconoce que pasó con las respuestas de Galileo a María Celeste, creyéndose que fueron destruidas por las autoridades eclesiásticas.
De María Celeste, Galileo escribió, [ella es] "una mujer de exquisita mente, singular bondad, y muy apegada a mí."
La IAU ha nombrado el astroblema (cráter de impacto) Maria Celeste en Venus, en su honor.