Mariano Berdugo

El gobierno puso en sus manos el antiguo Colegio que habían regenteado los jesuitas, donde Berdugo organizó la enseñanza secundaria.

[4]​ Por otro lado, los jesuitas juraban obediencia prioritaria al Papa, con lo que estaban obligados a apoyar la política de éste, de oposición al antiguo patronato real, que Rosas ejercía en su provincia.

Presionados y denigrados por los federales, no sufrieron prisiones ni agresiones en Buenos Aires.

Por el solo hecho de ser opositores a Rosas, fueron recibidos amistosamente en Montevideo, desde donde Berdugo continuó gobernando los colegios que quedaban en San Juan y Córdoba, además del de Montevideo y otro en Santa Catarina, Imperio del Brasil.

Berdugo se trasladó a Roma, donde ejerció diversos cargos en la estructura interna de la Compañía.

En 1856 fue nombrado director y padre espiritual del colegio jesuita de Roma.