Su padre Miguel, carpintero de profesión, y su madre Isabel vivían en Barrio París.
Formado en el Seminario Conciliar de San Valero y San Braulio de Zaragoza y logró el doctorado en Sagrada Teología en el Seminario Central de Valencia.
Mostró a lo largo de toda su vida una gran preocupación por los más desfavorecidos y por las obras sociales de la Iglesia, impulsando la organización Juventud Católica, la Escuela Católica de Obreros en 1835 y la Escuela Recreativa del Comercio en 1886, hasta el punto de que su pensamiento ha sido considerado el origen del catolicismo social en Aragón.
Por último, desde 1896 y hasta su muerte, ocupó el obispado de Huesca.
En su tiempo, además de por su religiosidad, el obispo Supervía destacó por su interés por mejorar la vida de los trabajadores y por su relevancia intelectual.