Se casó en primeras nupcias y tuvo siete hijas y un hijo que fallecieron todos, como asimismo su mujer en 1806.
Llegó a Burdeos en septiembre de 1813 y pasó siete meses en el hospital de esa ciudad; en marzo de 1814 se estableció en París, donde ejerce la medicina y se relaciona con otros afrancesados, como el padre de la toxicología, Mateo Orfila, cuyo magno tratado sobre los venenos traduce.
También se transforma en médico personal del hermano de Fernando VII Francisco de Paula, al que acompaña en sus viajes por Europa.
Cuando este regresa a España en 1818, se le permite volver a él también en calidad de médico personal del infante pese a su afrancesamiento (después de todo, también el mismo rey Fernando VII era un afrancesado).
[5] Larra tenía dieciséis años y se enamoró en Aranda de una alegre y hermosa mujer que lo trataba con afecto, pero ya fue lo bastante perspicaz para averiguar que la muchacha era la amante de su padre, que entonces tenía 52 años; fue su primer gran desengaño.