Mariano de San José

Era el único convento con el que contaban los trinitarios españoles, ya que debido a la desamortización habían sido expulsados de España en el siglo XIX.

Estando en Roma, estudió filosofía y teología en la Universidad Gregoriana.

Finalmente regresó a Villanueva del arzobispo, donde ocupó en dos ocasiones más el cargo de ministro.

A la mañana siguiente fue separado del grupo para ser llevado de nuevo al Santuario, recibiendo palizas y maltratos dentro y fuera de la iglesia.

Le torturaron cruelmente metiéndole astillas en las uñas de los pies y colgándolo con una soga, por casi media hora, en el presbiterio.