En ella aparecía una mujer campesina arrodillada plantando un pequeño chopo con una pala; fue la moneda checa más popular durante casi treinta años.
Quería un gran grupo de esculturas pedestres fundidas en bronce para instalar en Lidice, pero ella no disponía de los recursos suficientes para poner en práctica la costosa empresa.
Buscó el apoyo de la ayuda estatal, pero el régimen comunista no mostró ningún interés en el monumento.
La muerte de su esposo le dejó sin fondos, pero quería que el Monumento en Lidice no cayese en el olvido.
La escultura está orientada para que los niños puedan ver la tumba de sus padres, abuelos y amigos.