Es criado por su madrina Amelia Borges con quien se inicia en los cultos y rituales de religiosidad popular.
[3] Sus primeras obras exploran el paisaje americano, con una concepción explosiva del color y formas vegetales exuberantes.
El contacto con las obras surrealistas y la visita al Museo del Hombre en París, lo lleva a redescubrir la religiosidad popular venezolana, que incorpora en sus primeros ensamblajes denominados Santerías.
[2] Esta serie está conformada por ensamblajes de objetos cotidianos encontrados por azar, que introduce dentro de formatos circulares y rectangulares, hasta abandonar la bidimensionalidad y transformarse en objetos plenamente tridimensionales.
Abreu mantuvo siempre una posición independiente, solitaria y alejada de la actividad institucional.