Además, Laclos inserta elementos bisexuales en este personaje, que en ocasiones parece desear a Cécile (concretamente en las cartas 20 y 63).
Sin embargo, todas sus acciones se llevan a cabo con placer y desesperación.
Desde muy joven, rechaza su condición de mujer (carta LXXXI) y elige una vida libertina.
Obtiene rápidamente un gran éxito en el seno de la nobleza, por lo que decide profundizar en sus ejercicios para manipular a los demás.
Normalmente utiliza un registro épico para dar a entender que es capaz de dominar una fuerza "divina".
Esta libertina jamás dice la verdad salvo a un personaje, su amigo y antiguo amante Valmont.