En 1959 Martha Boto conoció en París al artista argentino Gregorio Vardanega quien se convertiría en su compañero sentimental.
En 1959 se muda a París y un año después interviene en la I Bienal de París donde despega su carrera como artista cinética, su trabajo estaba centrado en los conceptos de movimiento, luz y color.
[4] Formó parte de la tradición del Construccionismo Sudamericano.
[6] Boto buscaba un arte capaz de despertar diferentes emociones, reacciones psicológicas de alegría y tensión, un arte que pueda convertirse en una medicina para el espíritu.
[7] Incorporó mecanismos eléctricos en sus piezas a partir de 1964.