Martina de Roma

Martina, venerada como santa por la Iglesia católica, según la leyenda fue una noble romana que sufrió el martirio en la primera mitad del siglo III bajo el emperador Alejandro Severo.

Se la echó a un foso con leones los cuales no la atacaron, por lo que fue finalmente decapitada.

Además se sospecha de la irregularidad en la identificación de sus supuestos restos en la iglesia del Foro Romano o en un templo anterior situado en la Via Ostiense, por no hablar de la incongruencia histórica que supone achacar a Alejandro Severo una supuesta persecución a cristianos, pues era abierto a otras religiones llegando a contar incluso con Cristo como una divinidad protectora más en su panteón familiar.

La primera noticia llega durante el siglo VII, en el año 625, cuando el papa Honorio I le dedicó una iglesia en el Foro Romano.

Su fiesta se viene celebrando desde el siglo VIII, pero solo se revitalizó después de encontrar una supuesta tumba de tres mártires en la antigua iglesia del Foro Romano en 1634.