Martinico

Su fisonomía tal vez se asocie con los muñecos cabezudos que aparecen en las fiestas populares de Castilla.

El padre Benito Jerónimo Feijoo combatió esta superstición en sus ensayos[6]​ y Fernán Caballero recogió en el siglo XIX algunos cuentos populares en los que son protagonistas.

[7]​ El pequeño duende se suele representar invadiendo un hogar y cambiando cosas de lugar para gastar bromas a sus huéspedes.

En otras ocasiones también se representa vagando por las noches en busca de atemorizar a la gente.

Ocultándose bajo una oscura capucha que no dejaba ver cómo era realmente su aspecto.

Duende Martinico en el grabado "Duendecillos" de los Caprichos de Francisco de Goya .