Masacre de Eldorado do Carajás de 1996

En consonancia con los sin-tierra oídos por la prensa en la época, los policías llegaron al local tirando bombas de gas lacrimogêneo.

Según el forense Nelson Massini, que hizo la pericia de los cuerpos, por lo menos 10 sin-tierra fueron ejecutados a quemarropa.

El mando de la operación estaba a cargo del coronel Mário Pegues Pantoja, que fue cesado ese mismo día, quedando 30 días en prisión domiciliar, determinada por el gobernador del Estado, y después liberado.

El ministro de la Justicia, Nelson Jobim, se juntó a las autoridades policiales y de la Judicatura, en el Pará, a pedido del gobierno federal, para acompañar las investigaciones.

Además dijo que él había sido buscado para contribuir con la colecta del dinero.

Esta decisión fue tomada premeditadamente, pues por nuestra la ley penal brasileña no es posible castigar en grupo, el delito debe ser individualizado.

Cruz marca el local de la masacre en Eldorado dos Carajás