Estos grupos de autodefensa liderados por Fidel y Carlos Castaño eran pagados por terratenientes y más tarde por Gonzalo Rodríguez Gacha "el Mexicano" del Cartel de Medellín a la vez que contrataba mercenarios como Yair Klein para su entrenamiento.
Los paramilitares abandonan el pueblo no sin antes dejarle mensajes al partido político UP.
Después de abandonar el pueblo, los sicarios se habrían refugiado en la base militar del Batallón Bombona en Puerto Triunfo.
[2] La masacre se dio a conocer escasamente un día después por los medios de comunicación.
Uno de los acusados, el liberal César Pérez García, había sido detenido como determinador, pero la Justicia entonces lo absolvió rápidamente.
[2] Según el líder paramilitar Alonso de Jesús Vaquero 'Alias: vladimir', el congresista Pérez Garcia gestionó la masacre con Fidel Castaño y el ganadero Henry Pérez, como una contraofensiva hacia la población por haber votado por la UP, y evitar perder los ingresos que se percibian con la explotación de oro en la región, a manos del partido político.