Se desconoce la fecha y el lugar de su nacimiento, así como el maestro con el que realizase sus estudios, pero todas las noticias a él referidas lo sitúan en Madrid, parroquiano de San Sebastián, el barrio de los artistas, y las escasas obras conservadas muestran una clara dependencia con la obra de Vicente Carducho de quien pudo ser discípulo.
También alteró el orden de los apellidos otro de ellos, fallecido en 1667, presbítero, que fue inscrito en el libro de difuntos como el licenciado D. Cristóbal Solier Gallardo, dejando a su padre como testamentario, en tanto una de las hijas que le sobrevivió se llamaba Juliana Soler Gallardo.
Lázaro Díaz del Valle le menciona en 1657, entre otros artistas, diciendo de él que vivía en Madrid «en opinión de famoso pintor, y con razón», pero las noticias para estos años finales, dejando aparte alguna intervención como tasador de pinturas, son escasas.
Además, firmadas pero sin fechar, se conservan una Inmaculada en el Colegio Mayor Padre Poveda de Madrid, y el Tobías y el Ángel del Museo del Prado, depositado en la Embajada de España en Bruselas.
En todas estas obras muestra Gallardo un estilo reposado, de claro colorido, composición simple y amor por el detalle un tanto arcaico, ligado en fechas tardías a las composiciones de Vicente Carducho, lo que ha permitido atribuirle algunas otras obras y entre ellas una Virgen adorando al Niño propiedad del Museo del Prado y Jael y Sísara, procedente de la colección Fórum Filatélico, subastada en Sotheby's de Londres en abril de 2015.