Las Islas Galápagos se encuentran en el Océano Pacífico, a unos ~960 km al oeste del continente sudamericano.
[2] Las islas Isabela, Santa Cruz, San Cristóbal y Floreana están permanentemente habitadas.
Hay muelles en todas las islas habitadas y un aeropuerto en San Cristóbal.
La estación seca se caracteriza por temperaturas más frescas y menores precipitaciones.
La niebla y la llovizna, conocida como garúa, se producen durante esta estación, especialmente en las tierras altas.
[2] La estación cálida y húmeda se extiende de diciembre a mayo, influenciada por la corriente cálida de Panamá que viene del norte y rodea las islas.
[2] La temperatura y las precipitaciones varían con la altitud, creando una serie de microclimas en las islas más altas.
Entre las plantas típicas se encuentran los arbustos de sal (Cryptocarpus pyriformis) y Maytenus octagona.
Incluye árboles, arbustos, cactus y hierbas adaptados a las condiciones de sequedad.
Las plantas que cubren el suelo incluyen arbustos bajos, como el arbusto amargo endémico (Castela galapageia) y especies del género endémico Lecocarpus, y plantas herbáceas.
La pampa está repleta de hierbas, helechos, musgo esfagno y orquídeas.
[1] Las Galápagos albergan muchas especies endémicas de reptiles, aves, mamíferos, caracoles terrestres e insectos.
Entre las especies más destacadas se encuentra la tortuga gigante de Galápagos (Geochelone spp.
El murciélago de la cabeza (Lasiurus cinereus) es una especie insectívora que se posa en manglares y arbustos.
Se encuentra en Santa Cruz, San Cristóbal, Isabela, Santiago y Floreana.
Las especies invasoras se consideran la mayor amenaza actual para los animales y plantas autóctonos de las Galápagos.