Alessandro Liguoro, el barbero se dirigió a convencer a los padres de Matteo para la castración, los padres dieron la autorización quizá esperanzados en un futuro mejor para el muchacho nacido en una familia pobre y campesina.
El barbero ayudó mucho al muchacho mientras estudiaba y le consiguió su debut en la Capilla del Palacio Real.
En 1694 además se convirtió en su padrastro al desposar a la madre de Matteo que permanecía viuda hacia años.
Ofuscado por la fama insultó al duque y se negó a seguir sus órdenes.
Tras su regreso recibió llamados urgentes del emperador José II que lo quería en Viena lo más rápido posible.
Entre las mujeres se convirtió en el favorito y lo llevaron a situaciones muy tensas por culpa de una especialmente celosa que lo amenazó.