Entró en contacto con Mounier, y se adhirió a la filosofía personalista, pero rehusó la colaboración solicitada por éste en la revista Esprit y su grupo, manteniéndose apartado del movimiento por no poder compartir sus orientaciones sociopolíticas.
Nédoncelle se destaca como un filósofo personalista original que ha obtenido merecida resonancia por sus estudios fenomenológicos y de reflexión racional sobre la intersubjetividad y el amor interpersonal bajo la inspiración de la teología católica.
La reciprocidad de las conciencias (La réciprocité des consciences en francés) es la obra fundamental y más conocida de Nedoncelle, cuyo contenido prolongan o repiten los demás escritos.
Así queda claro que la persona no se reduce a la conciencia de sí, sino una elucidación de la misma desde la conciencia.
Y una sección última, en que explaya la solución satisfactoria a todas.