Según el arqueólogo Mariano del Amo, en el momento de su descubrimiento, era el único yacimiento romano en España en el que se conservan las tejas.
Entre las tumbas se encontraron clavos que eran colocados, según la costumbre de la época, para ahuyentar a los malos espíritus.
El material encontrado tras la primera intervención y excavación de este yacimiento realizadas por Mariano del Amo, y que no fue sustraído por las personas que invadieron el lugar en los días posteriores a su descubrimiento, están depositados en el Museo Provincial de Huelva.
La mayor parte del yacimiento, situado en la orilla izquierda de la ctra.
6,200, permanece enterrado bajo la arena, y oculto así su emplazamiento real, sin que todavía se haya hecho un estudio arqueológico en profundidad de la zona.