Maxhütte (Sulzbach-Rosenberg)

El Maxhütte también fue un problema político debido a la participación en la propiedad del Estado de Baviera.

La compañía Rohrwerk Maxhütte, con alrededor de 400 empleados, ha seguido produciendo desde que fue absorbida por el grupo empresarial Max-Aicher en el año 2000.

No está claro qué partes de Maxhütte se conservarán como patrimonio industrial, quién se hará cargo del legado y de sus gastos, a veces enormes, y el tratamiento que se le dará a los acopios de escoria.

Un año más tarde se construyó y puso en funcionamiento la fábrica de raíles ferroviarios en Sauforst (Burglengenfeld), iniciativa de la que un año después surgió la Empresa Ferrería Maximilianshütte con su planta principal en Haidhof.

La compañía recibió el nombre del rey bávaro Maximiliano II.

En 1872 se construyó una planta metalúrgica para transformar el arrabio en hierro fundido en Unterwellenborn (Turingia) y cinco años más tarde se compraron nuevos yacimientos en el distrito de Auerbach.

Entre 1898 y 1930, Maxhütte estuvo en funcionamiento en Lichtentanne, cerca de Zwickau (Sajonia), en la planta conocida como "König-Albert-Werk", donde se procesaba el arrabio procedente de Maxhütte Unterwellenborn.

Desde 1939, durante la Segunda Guerra Mundial, deportados polacos realizaron trabajos forzados en Maxhütte en condiciones infrahumanas.

Otros intentos de reactivación en 1921 y 1942-1944 tampoco tuvieron éxito.

El emplazamiento se transformó en un jardín estatal en 1984, como parte del Maximilianpark.

Durante este tiempo, la minería se concentró en el pozo Leonie, cerca de Auerbach.

Los accionistas eran Thyssen, Krupp, Klöckner, Mannesmann AG y el Estado Libre de Baviera.

Es la única planta siderúrgica y metalúrgica integrada en Europa que incluye todas las fases de producción, desde el mineral hasta el producto final terminado, en un espacio muy pequeño.

Los convertidores de la acería son los últimos que se conservan del proceso OBM, desarrollado en Maxhütte.

Las tres son máquinas de vapor históricas que se construyeron e instalaron a principios del siglo XX, que se mantuvieron en funcionamiento y realizaron su trabajo hasta el final de Maxhütte en 2002.

Los numerosos controles deslizantes y sistemas de cierre eran operados de forma totalmente manual por unos pocos empleados con mucha experiencia, y nunca se llegó a automatizarlo.

El arquitecto Peter Brückner de Tirschenreuth también manifestó que la demolición significaría perder una gran oportunidad.

Solo debe quedar la plaza del alto horno, cuya rehabilitación requiere inversiones de varios millones de euros y que se convertirá en un "lugar patrimonial para actos públicos y conmemoraciones".

Se reciclaron piezas metálicas, cables y tuberías, y luego se demolieron los silos de cal junto a la antigua sala de convertidores, lo que se describió como un paso decisivo en la conversión de la parte occidental del área, aunque los planes concretos aún no estaban completamente terminados.

Luego, se retiraron las tres antorchas de gas limpio, a través de las cuales se quemaba el gas limpio procedente del convertidor.

La escombrera de la planta se puede visitar tras su renovación, que finalizó en 2014.

El Maxhütte (2002)
El Maxhütte (2011), con la demolición parcial reconocible
Carril ferroviario fabricado en Maxhütte
Los cinco altos hornos de Maxhütte, Sulzbach-Rosenberg (1969)
Desde el exterior, la acería cerrada todavía da la impresión de mantenerse intacta (2009)
Alto horno de Maxhütte (Sulzbach-Rosenberg), con el sistema Cowper de precalentado del aire insuflado en el horno (julio de 2012)
Armazón del montacargas de Annaschacht (2013)
Emplazamiento del alto horno
Demolición de la acería de Maxhüette (2019)
Demolición de la factoría de Maxhüette (2020)
Demolición de la central eléctrica de Maxhüette (marzo de 2020)
Escombrera de Maxhütte, parte del pabellón de información
Maxhütte, alto horno 3 (derecha), y la escombrera rehabilitada al fondo; arriba a la izquierda el pabellón de información (junio de 2014)